jueves, 24 de octubre de 2013

Mi Torre de Marfil

Ha sido un año difícil, más de lo que alguna vez pensé viviría. Decesos inesperados, interminables horas en nosocomios viendo y sufriendo día y día el espectáculo de la enfermedad, la vida y muerte. Este año siento que envejecí diez años o comprendí lo infinitamente imperfectos y solos que estamos en el mundo. Tan trágico y depresivo como se puede leer. Sólo me queda claro lo que alguna vez Jack Kerouac dijo: No tengo nada que ofrecer a nadie si no mi propia confusión; lo demás me importa un carajo (eso lo agregué yo).